Desde el momento en que nace un bebé las visitas al pediatra se suceden con cierta periodicidad para controlar, entre otras cosas, su peso y su talla; variables que sirven como referencia para saber si el niño está teniendo un desarrollo correcto y cuyos parámetros se establecen en las llamadas tablas de percentil infantil.
Pero, ¿qué información nos da y de dónde surge la tabla de percentil? Como hemos apuntado, estas tablas nos indican la evolución de crecimiento de nuestros hijos, aunque sus resultados deben tomarse con relativa prudencia y contar siempre con la interpretación del médico, quien determinará si el crecimiento y desarrollo de nuestro hijo es el adecuado a su edad.
Esta tabla de crecimiento la elaboró la Organización Mundial de la Salud, organismo que entre 1997 y 2003 realizó un estudio entre más de 8.000 lactantes de diversos lugares del mundo (Ghana, Brasil, India, Noruega, Omán y Estados Unidos de América), con madres no fumadoras y alimentados con leche materna. Este estudio seleccionó especialmente a niños saludables que vivieran en condiciones favorables para alcanzar su potencial genético de crecimiento y de edades comprendidas entre los 0 meses y los 5 años. Los patrones de crecimiento infantil establecidos por este estudio son los que aún en la actualidad se utilizan para evaluar el normal crecimiento de niños de cualquier lugar, independientemente de la etnia, situación sociocultural o tipo de alimentación.
El percentil infantil se representa mediante dos gráficos: en uno de ellos se refleja el peso y en el otro, la talla del niño. En dichos gráficos encontramos 5 líneas que nos indican si el niño es más alto o más bajo, o pesa más o menos que la media de su edad.
Esta curva de crecimiento, el percentil, establece los parámetros considerados como normales de crecimiento. Para ello se debe pesar y medir frecuentemente al niño, apuntando cada vez los resultados en una tabla.
A lo largo de los 5 años que se realizan estos controles, el pediatra puede ver, de manera muy clara, la evolución del niño y detectar posibles anomalías.
A veces, por situaciones transitorias de enfermedad, puede producirse una disminución del peso que se recupera con el tiempo; es por ello, que no siempre las variaciones de talla y peso, pueden significar que exista un problema.